Ahora ya con tiempo y de compras en el super he tenido la paciencia de ponerme a mirar detenidamente algunos productos envasados, esto después de escuchar durante años un cierto recelo hacia los alimentos envasados y los secretos que esconden. Al ver de cerca específicamente una lata de pimientos rojos asados "100% natural" me fijo:
*Valor medio aprox por 100g de producto
Valor energético: 181,1 KJ (42,7 Kcal)
Proteínas: 1,6 g
Hidratos de carbono: 8,4 g
Grasas: 0,3 g
Ingredientes: Pimientos del piquillo, ajo, azúcar, sal y acidulante y endurecedor.
Para que mentir, a mi me encantan los pimientos...cuando hacía biotecnología llegaba a casa cansadísima por la noche después de prácticas y lo primero que hacía era abrir una lata de pimientos asados, una lata de atún y coger un trocito de pan. Cena lista en un minuto. Ahora, 3 años después me he vuelto muy "tiquismiquis" con estas cosas, pues aunque parezca insignificante, el solo hecho de llevar azúcar, acidulantes (ácido cítrico E-330 o ácido benzoico E-210) y endurecedores (ácido fórmico o lactato cálcico) no me parece "100% natural". Es dañino o tóxico? En principio no, está permitido y aprobado por la legislación alimentaria pero depende de cómo hay gente que restringe el azúcar o alguno de estos componentes de su dieta por motivos de salud muy importantes. Esto es solo un ejemplo de algunas cosas que no nos imaginamos ni percibimos a la primera. Obviamente hay fraudes más grandes como aquel escándalo de la carne de caballo en el relleno de los raviolis o la pureza de la leche, la miel, el azafrán, café, aceites, entre muchos otros...me sabe mal decirlo pero es evidente que no nos podemos fiar al cien por cien de lo que compramos y luego nos llevamos a la mesa. En el caso de los pimientos los ingredientes están ahí, bien puestecitos, pero no todos tienen la paciencia, tiempo o el afán de ponerse a ver la letra diminuta de cada envase que compramos, leemos antes el "100% natural".
Visto así y siendo partidaria de lo más natural os traigo unos sencillos pasos para tener en casa pimientos asados hechos por vosotros mismos. Los compramos al natural en cualquier verdulería y los asamos en casita. Una forma de conservarlos a nuestro modo y que no se nos echen a perder. Solo nos hace falta alguna de estas dos opciones: un horno o una barbacoa. Yo me he permitido hacerlos a la barbacoa y creerme...el gustito y el olor a brasas se queda en los pimientos, esta delicioso!
- Si disponéis solo de un horno bastará con calentarlo a 200º y poner los pimientos en una bandeja a la misma temperatura. El tiempo de horneado será de 40 minutos aproximadamente y hay que ir volteándolos cada 10 minutos con mucho cuidado.
- En el caso de la barbacoa...tranquilos, todo aquello negro lleno de radicales libres que veis en la foto no se come. Solo la piel se puede quemar con las brasas como en la foto, no la carne. Sabemos que ya están asados cuando todo el pimiento pasa a una textura mas blanda y jugosa.
- Luego de asarlos, al enfriarse un poco, la piel sale con muchísima facilidad, estará del todo separada de la carne y nos será muy fácil quitarla junto con el tallo y las semillas.
- Cortamos los pimientos ya pelados en tiras, evitando que se deshagan. Para conservar ponemos los pimientos con un chorrito de aceite de oliva y sal en un recipiente esterilizado y con tapa hermética, de manera que no les entre aire ni microorganismos que los echen a perder. Si queremos servir los pimientos en ese momento, los ponemos en un recipiente y añadimos aceite de oliva extra virgen y sal al gusto.
Ahora que hace tanto calor (sobretodo en Andalucía!) pueden ser un acompañante perfecto para un filete de pescado fresco a la plancha. Combinación ligera, rica en vitamina C (pimientos), proteínas y omega 3 (pescado).
Para despedirme y como último dato os dejo la cantidad máxima recomendada que podemos comer de atún y otros pescados detectados con un alto nivel de mercurio...por si alguien no puede prescindir de esta delicia a pesar de la polémica (embarazadas evitarlo).
Pasad una feliz tarde!
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