sábado, diciembre 21, 2013

Excesos y dietas radicales

Hola a todos! Una vez de regreso a Barcelona volvemos a la realidad  (como siempre)  y también con las consecuencias de los excesos de Euskadi... la báscula me está odiando!!! Dietas milagro? No por favor. Está más que demostrado que este timo de cosas, junto con las dietas muy hipocalóricas y monótonas restrictivas, no sirven en absoluto.

Si bien es cierto, se ha demostrado que a corto plazo se produce una bajada de peso bastante rápida, pero esto suele ser por agotar las reservas de glucógeno. Se pierde peso eliminando agua del cuerpo, deshidratándolo. Además, la restricción calórica de las dietas muy bajas en energía (extremas) se relaciona a una mayor pérdida de masa magra en relación con la masa grasa. Esto con una dieta hipocalórica menos restrictiva y controlada en macronutrientes no pasa. Os dejo un estudio bastante fiable, basado en una revisión sistemática. Explica mejor el gran error que ocasionamos al fiarnos de bestialidades que rulan por la red.

 Con este tipo de dietas, propias de los famosillos, los hábitos no se modifican poco a poco ni se reeduca la alimentación. Por el contrario, se van acumulando una serie de carencias y ansiedad al restringir tanto la ingesta. Solamente conllevan a un futuro atracón al perder la "voluntad" y a su vez a la ganancia del peso perdido más un plus... como diría una profesora de la universidad: Un círculo vicioso bastante peligroso. A largo plazo se mantiene el peso ganado y no se reeducan los hábitos...

Qué es lo mejor? Además de modificar poco a poco los hábitos para continuarlos a largo plazo, sin sufrimientos ni riesgos. Se puede hacer una dieta hipocalórica controlada por un profesional (si es posible), que aporte equilibradamente todos los nutrientes. La clave no es ningún secreto, sencillamente reducir las grasas de la dieta en lugar de la de carbohidratos además del aporte energético. Muchas dietas conocidas se caracterizan por ser bajas en carbohidratos o relativamente nulas. Estos arrebatos de imprudencia inducen a la cetosis, produciendo una mayor pérdida de peso a corto plazo acompañada de una serie de malestares. El problema? Cuando pasa el tiempo. Sabemos que a largo plazo una dieta baja en grasas produce una mayor pérdida de peso que no la dieta baja en carbohidratos. Aunque sea progresiva y lenta (algo que en un inicio no motiva) se reeducan los hábitos alimenticios de la persona y se elimina lo que realmente no queremos, el tejido adiposo. Aquí os dejo otro estudio que lo corrobora.


Visto esto mejor poner cabeza y volver a amistarme con la báscula poco a poco. No olvidéis además, que aunque esta bastante dicho y puede sonar cansino, el deporte es esencial mucho más allá del aspecto físico. Si tenéis posibilidades no solamente os limitéis a la alimentación, el cuerpo humano y la salud es un todo, poneros a prueba a vosotros mismos y salid a sudar con lo que más os apasione... mentalmente es mi mayor arma contra el stress.

Si os gusta algún alimento en especial y a la vez queréis cuidaros más, no hace falta que lo eliminéis del todo de la dieta si tenéis más opciones! Adoro el queso y menos mal estamos en un país donde tenemos variedades hasta decir basta. Mi propuesta es una ensaladita de granada (antes que acabe la época) con unos taquitos de queso de cabra muy bajo en grasa (desnatado).


Conclusión: Hacer bondad con cabeza! Si es posible poneros en manos de un profesional que os ayude de forma personalizada. Los buenos resultados se ven en realidad a largo plazo y la verdadera solución es cambiar los hábitos del día a día de raíz y poco a poco, sin sufrimientos, comportamientos extraños con la comida ni malestar de por medio. El deporte es una gran arma para potenciar la masa magra y aumenta la producción de hormonas y neurotransmisores necesarios para no tirarnos de los pelos en épocas de stress (exámenes a la vista). Cambios físicos y mentales van de la mano.

Y eso sí, a pesar de los excesos... quién nos quita lo bailado?



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